Si deseas aprender o informarte sobre la historia de los castillos, sus funciones y demás características, ¡enhorabuena! Has encontrado el lugar correcto.
Aquí te indicaremos todo lo que necesitas saber acerca de estas antiguas obras.
También podrás encontrar información sobre los castillos y fortificaciones que hay aquí en España, además de su interesante evolución histórica.
¿Qué son los Castillos?
Para comprender el concepto que engloba la palabra Castillo es ideal echar un vistazo al origen de esta palabra. En este sentido, la palabra en cuestión procede del vocablo en latín Castellum, el abreviado de la palabra castrum.
Este era el concepto que los romanos empleaban en la antigüedad para referirse a las fortificaciones hechas por otros pueblos. Por lo tanto, dicho de forma simple y, de acuerdo con este principio, la palabra castillo puede significar pequeño campamento fortificado.
No obstante, aunque parezca algo simple, a lo largo de la historia la definición de la palabra fue adquiriendo cierta ambigüedad. Esto surge como resultado del empleo del vocablo para denominar no uno, sino varios tipos de edificaciones de la época.
En realidad, la palabra castillo acepta dos conceptos, uno que corresponde a su origen en latín, y otro más extenso. El primero de estos se refiere al tipo de edificios fortificados que se empleaban para imponer dominio a la población, y también, como defensa. El segundo concepto hace alusión a las distintas construcciones que se podían aprovechar tanto con fines de protección como residencia.
A pesar de las diferencias entre un concepto u otro, es importante resaltar que los castillos son construcciones importantes de la Edad Media. Durante este período, los castillos sufrieron una evolución constante debido a las mejoras y los avances realizados en el ámbito de la arquitectura.
Del mismo modo, estas modificaciones y adiciones a las estructuras, de las cuales hablaremos más adelante, marcaron la diferencia entre ambos conceptos.
Por otra parte, es importante resaltar que los castillos desde sus inicios se construyeron para albergar tanto a la realeza como a las fuerzas militares.
Función de un Castillo. ¿Para qué sirve?
Sin importar su tamaño y estilo, cada castillo se construyó para cumplir con una función o propósito específico. Claro que, de vez en cuando estos edificios eran modificados para desempeñar más de una de estas funciones.
Ahora, te mencionaré algunas de las funciones más importantes que tenían los castillos:
- Obras defensivas. La más evidente de las funciones que cumplían estas estructuras, era la parte defensiva o protectora.
Dado que la Edad Media fue un período repleto de conflictos y batallas, era necesario tener un lugar que sirviera como refugio.
Por otro lado, a inicios de la Edad Media, los castillos eran empleados para resguardar a la población en su interior durante los ataques. De esta forma, las fuerzas defensoras podían armarse antes de entrar en batalla. Sin embargo, esto fue cambiando con el tiempo tras desarrollarse el concepto de las fuerzas militares.
- Obras ofensivas. Como es de esperarse, además de servir como protección los castillos casi siempre debían tener una doble función. En este caso, la segunda función se basaba en la acción de ataques militares contra los enemigos que se acercaran a las tierras.
De acuerdo con esta función, los castillos y fortalezas se construyeron en lugares estratégicos, sobre colinas y montañas. De modo que, las fuerzas militares tenían ventajas sobre los atacantes. También, respeto a la función ofensiva surgieron los castillos más simples que se utilizaban como torres de vigilancia.
- Obras residenciales. Al ser edificios sobresalientes, los aristócratas y feudales conseguían con estas viviendas, imponer su dominio sobre el resto de la población.
También respecto a este propósito, es importante destacar que los castillos evolucionaron para obtener una estética más compleja. Es decir, se dejaron de lado las fortalezas básicas y empezaron a construirse viviendas de lujo, que cumplieran los requerimientos de la nobleza.
¿Qué diferencia existe entre un Castillo y un Palacio?
Debido a ciertas similitudes respecto al aspecto general de estas construcciones, es normal confundir un castillo con un palacio, y viceversa. No obstante, existe una diferencia muy precisa entre un edificio y otro, la cual viene dada según el propósito de su construcción.
En este sentido, los castillos se tienen como fortificaciones de varios propósitos, tal como se mencionó antes. Por otra parte, los palacios son construidos para servir como residencias de lujo al jefe o representante de estado y su familia.
Una forma muy simple de distinguir una construcción de otra es a través de los elementos que conforman su estructura. En este caso, al estar limitadas como viviendas suntuosas, los palacios en su mayoría pueden carecer de murallas y otro tipo de estructuras defensivas.
Por otro lado, los palacios destacan por sus acabados y detalles que presentan gran estética e impacto visual. A diferencia de los castillos medievales típicos que presentan una arquitectura más sobria y básica.
No obstante, de vez en cuando puede emplearse el Castillo – Palacio, para aquellas construcciones que combinan detalles de ambos edificios.
Historia de los castillos
Como hemos mencionado al inicio del artículo, las edificaciones a las cuales llamamos hoy en día como Castillos, son el resultado de una constante evolución. Este proceso evolutivo marcó distintas etapas que fueron de la mano con la invención de nuevas tecnologías para la construcción de fortalezas.
El desarrollo progresivo de la población durante la Edad Media también influía en la realización de estas obras. De modo que, los castillos eran construidos de acuerdo con las influencias y tendencias culturales de cada región. En estos se agregaron detalles y estructuras adicionales que mejoran su función.
Ahora, resumimos las etapas más relevantes dentro de la historia evolutiva de los castillos:
Inicios y antecedentes históricos
A pesar de ser las estructuras predilectas de la Edad Media, la idea de construir fuertes de este tipo surgió muchos años antes. Se especula que esta tendencia podría datar del período Neolítico, alrededor del año 2500 a.C.
A partir de ese momento ya había surgido dentro de las poblaciones y asentamientos, la necesidad de resguardar las riquezas. Por supuesto que, estas obras eran mucho más simples a las que vemos hoy en día, además de estar erigidas con materiales perecederos.
Luego, se fueron ideando nuevas técnicas y las estructuras fueron construidas a partir de piedra y ladrillos para aportar mejor resistencia. De este modo, a pesar de ser primitivas, las construcciones resultaban efectivas para cumplir con su oficio de proteger.
Asimismo, en los períodos del imperio romano y culturas similares, estas fortificaciones fueron adquiriendo detalles particulares en torno a su estructura. Entre dichos detalles podemos mencionar las bases rectangulares, los torreones circulares, etc.
Asimismo, el uso de estas técnicas de construcción rápidamente se popularizó por toda Europa dado que resultaban mucho más funcionales.
Principios de la Edad Media
A partir de este momento, es que se empiezan a construir los castillos con la forma básica que conocemos hoy en día. Durante este periodo comprendido entre los siglos XI – XIII, los castillos pasaron a ser construcciones céntricas que albergaban a los jefes de estado.
También se dividían en distintos tipos de fortificaciones, algunas más sencillas que otras, aprovechadas como edificios defensivos y militares. En algunos casos estos castillos eran construidos cerca del pueblo para servir de refugio a la población en tiempos de guerra.
Apogeo de la Edad Media
Al tratarse de un período conocido por disputas y guerras civiles, esto resultó en una temprana proliferación de castillos. En realidad, este auge también surgió debido a los conflictos que había entre reinos, que se peleaban por el dominio de las tierras.
Ya que se estableció un nuevo sistema de organización y, gracias a la creación de tecnologías, las estructuras de los castillos sufrieron un cambio radical. Por ello, debido a las nuevas facilidades de la época, fue posible crear fortalezas de mayor tamaño y altura, típicos de los siglos XIV – XV.
En este periodo también se difundió la reubicación de los castillos en lugares cercanos a ríos o lagos naturales y artificiales. Para ambos casos, esto se hacía con el propósito tanto de agregar facilidades como para integrar otros mecanismos de defensa.
Otro detalle notable durante este periodo fue el interés que se adquirió hacia la estética, lo que se tradujo en edificios más decorados. En aquel entonces, el estilo gótico dominaba en la mayoría de las construcciones. Por lo tanto, los castillos también fueron construidos siguiendo este tipo de arquitectura.
Época renacentista
A partir del siglo XVI, en este momento se terminó de popularizar el concepto de palacio. Por lo tanto, los castillos que antes habían sido utilizados con fines militares dieron lugar a villas y residencias conocidas por su gran elegancia.
Las estructuras de este tipo que estaban dedicadas a la monarquía y jefes de estado contaban con galerías y estancias empleadas como centro recreativo. Estos castillos – palacios, se situaban en áreas privadas, zonas y parajes señoriales donde abundaban las riquezas naturales.
Por otra parte, atendiendo a la nueva y acentuada dualidad, el castillo clásico defensivo también evolucionó a una estructura superior.
En otras palabras, a raíz del fortalecimiento de las fuerzas militares, se vieron en la obligación de hacer mejoras en la estructura de los castillos. De esta forma, tanto las murallas como los elementos defensivos eran capaces de soportar mejor los impactos y ataques.
El fin de la época dorada de los castillos
Luego de introducirse el concepto de Palacio, la nobleza fue perdiendo el interés en los castillos. Como resultado, las estructuras denominadas como castillos quedaron bajo el régimen militar, dejando atrás su doble funcionalidad.
Este suceso tuvo lugar a mediados de los siglos XVII – XVIII. En este momento, la aristocracia en muchas regiones de Europa llegó a abusar de sus riquezas y dominios. Para entonces, el pueblo comenzó a pronunciarse, y el sistema de organización comenzó a experimentar un cambio radical.
Luego, durante el siglo XIX los castillos sufrieron el descenso final, a manos de la falta de interés por este tipo de estructuras. Como consecuencia al abandono, estas obras se fueron deteriorando, algunas quedando en ruinas debido a los ataques del pueblo en contra de la monarquía.
Sin embargo, el interés de los castillos se recuperó a principios y mediados del siglo XX, cuando se introduce el término de “Bienes culturales”. A partir de esto, tanto la población como los gobiernos sacaron provecho de estas construcciones antiguas al restaurar los edificios para uso recreativo y educativo.
Hoy en día, también podemos encontrar castillos modernos construidos por famosos arquitectos. Estos castillos, en realidad, se tienen como muestras de arte que integran el estilo moderno, siguiendo la pauta de los edificios clásicos.
Surgimiento de los castillos en España
España es uno de los mejores ejemplos que hay para hablar sobre la evolución histórica de los castillos en Europa. Esto es a razón de la densa población que posee dentro de su territorio en cuanto a construcciones de este tipo.
El origen y la popularidad que tuvieron los castillos en España se debe no a una, sino a múltiples razones o eventos de la historia.
En este sentido, podemos mencionar la imposición de los reinos cristianos sobre las tierras pertenecientes a la Península Ibérica. También influyeron los tiempos de guerra durante la Edad Media y el Renacimiento.
Por motivos como estos, es fácil deducir que las personas requerían de estas fortalezas para poder defenderse.
Del mismo modo, la nobleza española, puso en práctica las enseñanzas de otros países como Francia al construir castillos y palacios ostentosos.
No obstante, a pesar de las semejanzas en cuanto a estructura, los castillos españoles destacan por sus detalles propios. En relación con el carácter distintivo de estos castillos, esto fue el resultado de diversos factores y eventos que sólo ocurrieron en España.
En su mayoría, destacan los castillos y fortines empleados como construcciones para defensa, de los cuales hoy en día solo quedan ruinas. Esta amplia colección representa una de las muestras más auténticas de la arquitectura medieval pura.
Tipos de castillos españoles
Por otro lado, dentro de España se pueden distinguir distintos tipos de castillos que corresponden a un periodo de la historia:
- Los Castillos Feudales o Emirales. Se trata de castillos simples, de base rectangular, de origen hispanomusulmán. Estos representan las primeras fortalezas de este tipo alzadas dentro del territorio español.
- Los Castillos – Taifas. Posterior a la época de los feudales, España experimenta una división del territorio, dando origen a estos pequeños castillos y fortines. Estas estructuras eran bastante simples, típicas de la época y solían ser propiedad de los monarcas.
En aquel momento, dominaban los elementos defensivos en la arquitectura, además de lo prácticos que eran estos edificios para servir a las fuerzas militares.
- Los Castillos de tipo románico. Durante el periodo de la reconquista cristiana, se pronuncia la construcción de castillos de estilo románico dentro de España. En su mayoría, estos fuertes con torres y bases cuadradas se alzaban siguiendo las condiciones del terreno, para ser empleados como defensa.
- Los Castillos góticos y los Mudéjares. Dando vuelta a la página, alrededor del siglo XV, España adopta el estilo gótico para la construcción de sus estructuras. Hoy en día, estos castillos y los llamados mudéjares son los mejores conservados, también los más hermosos en cuanto al acabado de la estructura.
En sí, se diferencian por ser edificaciones de gran tamaño, obras que siguen un patrón elegante, ya que no eran empleadas solo con propósitos militares.
- Los Baluartes. Se trata de construcciones con forma de pentágono, similares a los edificios defensivos clásicos, pero mejorados. En realidad, este tipo de castillos era construido para soportar la artillería pesada y los ataques de los enemigos.
El diseño de su figura y altura de las torres y murallas externas resultaba en una mejor protección contra los atacantes.
Arquitectura de los castillos
¿Qué características tiene un castillo?
Partiendo de lo que hemos venido hablando, la arquitectura de los castillos medievales se distingue por la integración de estructuras. Algunas de estas estructuras son importantes y muy fáciles de identificar, no obstante, existen otros elementos arquitectónicos de igual importancia.
Ahora, hablaremos un poco acerca de estas estructuras esenciales de la arquitectura de los castillos:
Las cercas y Murallas
Un elemento que siempre estaba presente en la construcción de un castillo medieval eran las cercas y las murallas. En realidad, estas eran una parte importante en lo que respecta a la función de defensa, pues permitían proteger las construcciones internas.
Con respecto a las cercas, se trataba de murallas dispuestas en torno al recinto principal, las cuales se podían cruzar a través de un camino. También en cada extremo de este cercado de piedra iba colocado un torreón o estructuras similares que servían como puntos de ataque y vigilancia.
A los pies de las cercas había dispuesto una especie de foso, el cual debía ser cruzado mediante un puente levadizo para entrar al castillo.
En cuanto a las murallas, estas cumplían un papel similar a las cercas. No obstante, estas iban al interior de la fortaleza, encerrando en su interior el llamado patio de armas. Estas murallas eran mucho más altas que las cercas externas, y también, más resistentes, pues debían soportar los ataques de armas de artillería.
El Patio o Plaza de Armas
Se trata de la sección central del castillo, desde la cual se podía tener acceso a casi cualquier parte de la estructura. De igual forma, esta parte del recinto permitía el acceso a las naves, galerías, mazmorras, pasillos, torres, entre otros.
Torre del Homenaje o Torre Principal
Esta estructura servía de estancia para el señor o dueño de la fortaleza. Por este motivo, era una de las áreas de mejor apariencia y con mayor cantidad de lujos dentro del castillo.
Esta estructura era construida bajo el resguardo de los demás elementos que componen la fortaleza. Esto se hacía con el propósito de crear un refugio que los atacantes no pudieran alcanzar con facilidad.
Puerta principal o fortificada
Tal como lo indica su nombre, se trata de la entrada del castillo, la puerta que permite el acceso directo al interior de la fortaleza. Dado que estas estructuras debían ser construidas en madera, en muchas ocasiones a los costados de las puertas se colocaban torres de defensa.
También, para reforzar la puerta, se le colocaron elementos adicionales que impedían que fueran derribados fácilmente por el enemigo.
Elementos adicionales
Adicional a las estructuras anteriores, los castillos presentaban otras estructuras que aportan cierta función al recinto. No obstante, el agregado de ciertos elementos dependía del tipo o del estilo del castillo; ahora mencionaré algunos de ellos:
- Barbacana: obra fortificada aislada para defender las puertas de acceso principal.
- Liza: trecho que se encuentra tras el puente levadizo, que puede rodear al castillo.
- Aljibe: pozo que se empleaba para almacenar agua.
- Ladroneras: cubículos ubicados de forma estratégica que servían a los soldados para atacar.
Resumen de los castillos
Para concluir, se puede decir que los castillos tanto en España como en resto de Europa surgieron como respuesta a los conflictos entre autoridades.
La carencia de edificios que sirvieran como refugio, incentivó a la población a crear estas construcciones que evolucionaron hasta tornarse más resistentes.
Si bien los primeros castillos eran construcciones simples con torres amuralladas, luego, pasaron a ser sinónimo de lujo. En este sentido, los castillos – palacios fueron tan importantes como los castillos defensivos clásicos que surgieron a inicios de la Edad Media.
Estos detalles en la utilidad y el propósito con el cual se construían estas fortalezas acentuaron la transición de una época respecto a otra. Dichas variaciones también permitieron vivir al máximo la dualidad funcional de estas estructuras durante la época dorada de los castillos.
Por otra parte, los castillos que encontramos en nuestro país son un claro ejemplo de lo diversas que pueden llegar a ser estas construcciones. Las diferencias culturales entre países y monarquías eran una de las razones principales que agregan su carácter distintivo a los castillos.
Por último, es acertado decir que los castillos tuvieron un rol importante respecto al desarrollo histórico y los sistemas de organización durante la Edad Media. Pues, además de servir a la comunidad, fueron motivo de disputas entre autoridades que deseaban conquistar las tierras y riquezas de otras monarquías.