Castilla y León es una de las comunidades autónomas con mayor número de castillos y construcciones fortificadas de toda España. En esta ocasión, hablaremos de un castillo poco conocido, pero no por ello menos asombroso. Se trata del Castillo de Castronuevo, un fuerte situado en el antiguo poblado que lleva su mismo nombre.
También conocido como Castillo de Rivilla, dada su ubicación dentro de los límites del municipio de Rivilla de Barajas, el cual pertenece a la provincia de Ávila.
Así como otras construcciones de la época, dentro del Castillo de Castronuevo reside un interesante trozo del patrimonio español, del cual te hablaremos a continuación.
Historia del Castillo de Castronuevo
El comienzo de la historia de este castillo se remonta al período del siglo XV, cuando Gil de Rivero inició la construcción de la fortaleza.
En aquel momento, las tierras donde hoy en día se asienta el fuerte era conocido como San Martín de Cornejo, luego bautizado como Castronuevo. Para ese entonces, el territorio en cuestión se veía bajo la inestabilidad a razón del problema de sucesión del Rey Enrique IV.
Antes del año 1481 gran parte del Castillo de Castronuevo ya se había completado, ocupando un área que antes se empleó como campo de cultivo. Sin embargo, en años posteriores, la estructura sufrió una serie de importantes remodelaciones a manos del hijo de Gil de Vivero.
La fortaleza se vendió en el año 1489 al Duque de Alba, pues en ese momento, el dominio de las tierras de la fortaleza pasó a manos del duque.
A partir de ese nuevo período, al recinto se le realizó una nueva serie de reformas y cambios que se mantienen en pie hasta la fecha. Dichas reformas poseen el sello de los cambios que se realizaban en los castillos durante el siglo XV.
Hoy en día, a pesar de no ser empleado para ningún propósito en específico, el Castillo de Castronuevo se encuentra protegido por la ley española. Siendo más específicos, la fortaleza se encuentra bajo el resguardo de la Ley genérica de Patrimonio Histórico de protección de los Castillos de España.
Estilo
En cuanto al estilo del Castillo de Castronuevo, en función de sus cambios, estas presentan elementos tanto góticos como detalles de los mudéjares españoles.
Todo el complejo en sí está compuesto de dos recintos, ambos construidos a base de ladrillo, cal y canto. No obstante, también se distingue el empleo de técnicas como mampostería y sillería que se utilizaron para dar carácter y estilo distintivo al recinto.
Dentro del primer recinto se halla el verdadero castillo palaciego, rodeado de tres torres de planta circular y dos de planta rectangular. Este palacio en cuestión posee una serie de habitaciones cada una con su respectiva chimenea que se abre al núcleo del lugar.
Para evitar que los posibles asaltantes tuvieran fácil acceso a la fortaleza, esta se colocó dentro de un foso. De esta manera, se aprovechaba la elevación de los muros sobre el terreno, reduciendo el espacio de ataque de los intrusos o enemigos.
Por otra parte, unidas al resto de la estructura del castillo se encuentran una red de salas abovedadas subterráneas compuestas de ladrillo, empleadas como caballerizas.
El exterior del Castillo de Castronuevo se constituye de una mezcla de ladrillos y tapial, que encierra en su interior un patio. En cuanto a la arquitectura de este núcleo, puede decirse que presenta ciertos tintes de estilo isabelino.
Del mismo modo, se realzan ciertos rasgos de la estructura que recuerdan al estilo arquitectónico de los castillos renacentistas.
Ciertos arcos que mantienen erguidas las grandes galerías de la fortificación fueron reforzados con pilares de estilo clásico a finales del siglo XVI.
Algunas áreas del Castillo de Castronuevo presentan renovaciones más modernas, típicas de la arquitectura de los siglos posteriores.