A lo largo de la comunidad autónoma castellanoleonés hallamos variedad de castillos y hermosas fortificaciones, como es el caso del Castillo de Narros de Saldueña. Mejor conocido como Castillo del Duque de Montellano, está situado en el municipio y localidad que ostenta su mismo nombre.
El Castillo de Narros de Saldueña se considera como uno de los mejores preservados dentro de la provincia de Ávila. De la misma forma, comprende una de las pocas edificaciones de su tipo que hoy en día se encuentran restauradas para ser habitadas.
Si deseas conocer más sobre este castillo molón, te invitamos a seguir leyendo este artículo. Hablaremos un poco sobre su historia y otros datos que de seguro te serán de utilidad.
Historia del Castillo del Duque de Montellano
La historia de este castillo inicia en el siglo XV, cuando Rodrigo de Valderrábanos, hijo de Fernán González de Valderrábanos, ordenó su construcción.
En aquel entonces, el mismo Valderrábanos era conocido por ser el Mayorazgo de las tierras de Saldueña. Asimismo, este ilustre personaje se encontraba casado con Doña Beatriz de Guzmán, familia con la cual compartía la custodia del recinto.
Según los registros históricos, el Castillo de Narros de Saldueña se construyó junto a una fortaleza contigua que ya se encontraba en el lugar. Debido a esto, se piensa que el nombre Narros proviene de los navarros, quienes primeramente pudieron haber ocupado el terreno.
Tras su culminación, durante el siglo XVIII, Felipe V entregó el poder de las tierras de Saldueña al Duque de Montellano. A los efectos de este acontecimiento, el castillo fue renombrado. No obstante, antes de que la familia Montellano lo bautizara, el fuerte ya se había remodelado y ampliado a mediados del siglo XVI.
Más tarde pasó a manos de los Condes de Fernán Núñez. Luego, en medio de las disputas que se realizaron en el período de la Guerra de Independencia, los franceses tomaron la fortaleza.
Finalmente, el castillo estuvo desocupado durante un tiempo y, tras haber pasado por varios dueños, experimentó una extensa fase de deterioro. Esto continuó hasta 1963, año en el cual fue adquirido por sus propietarios actuales, la familia Llopis.
A partir de este momento, el Castillo de Narros de Saldueña se restauró y acondicionó para su uso. Hoy en día, su estado de conservación se preserva intacto y el castillo, se presume continúa estando habitado. De hecho, el mismo es una propiedad privada a la cual no pueden acceder los turistas.
Asimismo, en el interior de la fortaleza se encuentran resguardadas las armas de las familias Valderrábanos y Guzmán.
Estilo del Castillo de Narros de Saldueña
Respecto a la arquitectura del Castillo de Narros de Saldueña, su estructura constituye un buen ejemplo de castillo de estilo palaciego de la época. Igualmente, dado el uso de los materiales de construcción al exterior de la fortaleza, la misma guarda cierta semejanza con la arquitectura mudéjar.
Por otra parte, el recinto se asienta sobre una planta cuadrada, con una Torre del Homenaje cuadrada. Asimismo, dado los escasos elementos defensivos en la construcción, el castillo se inclina más hacia los parámetros utilizados para definir un palacio.
En realidad, desde los inicios el castillo nunca se pensó para servir como fortaleza contra posibles ataques de enemigos. Al contrario, este siempre se utilizó como residencia por sus múltiples dueños.
Hacia la parte externa, el recinto se encuentra rodeado por una barbacana y en su interior se presenta el llamado patio de armas. A diferencia de otras construcciones similares de la época, el Castillo de Narros de Saldueña también carece de foso. Esta carencia se debe nuevamente a la tipología palaciega que presenta el conjunto.
Actualmente, dado su perfecto estado de preservación el castillo figura como un bien de interés cultural dentro del territorio abulense.