Durante siglos muchos de los castillos burgaleses resultaron afectados por las disputas que aquejaron a los pueblos cristianos. Uno de estos es el Castillo de Coruña del Conde, un modesto baluarte cuya construcción inició alrededor del siglo X.
Fue conquistado por Almanzor en pleno apogeo de las guerras entre musulmanes y castellanos. También fue partícipe de los conflictos a manos de los reinos cristianos e incluso tuvo presencia en el período de reconquista.
Hoy del antiguo castillo sólo quedan algunas de sus dependencias e impresionantes muros de piedra dominando una de las colinas de la población. Durante años su estructura tuvo diversos usos, no obstante, su deterioro progresivo fue resultado del hurto de sus materiales tras usarse como cantera.
Pese a todo, el castillo de Coruña se conserva como parte importante del patrimonio cultural burgalés, dados los peculiares acontecimientos que ocurrieron en él.
¿Te animas a descubrir cuáles son?, entonces no te pierdas la información que traemos para vosotros en esta ocasión.
Historia del Castillo de Coruña del Conde
La población de Coruña surgió a partir de una antigua aldea romana de nombre Clunia originada a principios del siglo X. Dado su enclave a la entrada de Castilla se erigió el primitivo Castillo de Coruña para controlar el paso por el corredor del río Arandilla.
Al pasar los años la villa logró consolidarse como un sólido núcleo rural de tránsito comercial y epicentro agrícola. Al efecto de su relevancia para con el territorio, la población despertó el interés del caudillo Almanzor, quien la tomó durante el siglo X.
En consecuencia, este primer castro sufre las primeras reformas estructurales; se le añade una nueva torre principal con características de una fortaleza califal. Una vez dotada con guarnición, Almanzor sitúa la fortaleza como punto de partida para una de sus importantes correrías contra los reinos cristianos.
Tras culminar los asedios musulmanes, en el S.XIV, la villa de Coruña estuvo sometida a la corona hasta ser transferida a Juan Martínez de Leiva.
Posteriormente, Enrique IV lo entrega a Lorenzo Suárez de Mendoza como efecto colateral a un trasiego entre varias familias pertenecientes a la nobleza comarcal. Tiempo después, Mendoza recibió el título de conde por prestar apoyo al monarca en medio de los enfrentamientos que comprometieron su reinado. Gracias a este acontecimiento la villa de Coruña recibe su emblemático apellido “del Conde”.
Con la conquista definitiva de los reinos cristianos, la fortaleza de Coruña del Conde adquiere su aspecto final. Sin embargo, luego de un tiempo su función defensiva se ve gravemente afectada debido al avance de la Reconquista. Como resultado, los restos del Castillo de Coruña del Conde son abandonados; tiempo después se convirtió en una cantera para la población.
El castillo de Coruña del Conde en la actualidad
A razón de múltiples factores, el castillo llegó al siglo XX en un estado ruinoso. No obstante, a mitad del mismo siglo el Ayuntamiento de Coruña habilitó una parte del recinto para servir de centro deportivo.
Pese al vago interés en su estructura, a principios del siglo XXI los muros restantes fueron reforzados para evitar la desaparición de estos.
En última instancia, el Ayuntamiento ha puesto a la venta el castillo de Coruña del Conde por el módico precio de un euro. Sin embargo, sus propietarios afirman que este sólo se podrá adquirir por aquel que se comprometa a restaurarlo y conservarlo.
Historia del avión de Coruña del Conde
Cuenta la leyenda que, en el año 1793, el pastor Diego Aguilera oriundo de Coruña, tras seis años de rigurosos estudios, construyó un aparato volador.
Para lograr su hazaña armó un esqueleto de hierro semejante al cuerpo de un ave que reforzó con telas para adquirir su forma predilecta. Después de terminarlo, para probar la eficiencia de su invento, se arrojó desde lo alto del castillo, logrando volar por 300 metros sobre el terreno.
Gracias a esta singular anécdota el pastor se considera, hasta la fecha, uno de los precursores de la aviación en España. Asimismo, en 1994, el Ejército del Aire colocó un avión junto al Castillo de Coruña del Conde en su honor, un modelo Lockheed T-33. No obstante, este se retiró en 2013 para realizar obras de restauración; actualmente, se espera que el Ayuntamiento lo regrese a su sitio.
Igualmente, a la entrada del pueblo podréis ver una reproducción de la supuesta máquina voladora conmemorando la iniciativa del pastor.
Estilo del castillo
A simple vista, las ruinas de la fortaleza de Coruña del Conde permiten apreciar que el pasado se trató de un imponente fuerte militar.
Su estructura consta de un cuerpo alargado que se extiende por 22 metros cubriendo la mitad norte de la colina donde reposa. En cuanto a sus flancos, estos se construyeron siguiendo la altura media del promontorio, siendo más robusta en los lados inferiores. Entre sus elementos del Castillo de Coruña del Conde defensivos destacaba una barbacana y un foso de gran profundidad.
Los extremos menores al ser tan débiles se reforzaron con torreones. Al contrario, los cubos del lienzo sur gozaban de fuerza y atractivo conferido por saeteras rasgadas y una que otra tronera.
El recinto posee ingresos a diferentes alturas, no obstante, la entrada principal se hace junto al cubo norte. En el lienzo que corresponde a esta parte podréis apreciar los indicios de distintas adaptaciones. Por otro lado, en el patio se halla un pozo que antiguamente comunicaba con el río Arandilla.
Las torres del norte datan de la época más antigua, lo cual hace creer que fueron el centro del castro primitivo. Ambas se erigieron en distintas fechas; esto se evidencia en las técnicas constructivas que usaron para cada una, además, son asimétricas en tamaño. Al presente, sólo se mantienen en pie las mitades de las dos.
La mayor de ellas ostenta un cuerpo resaltado al exterior entre dos pronunciadas impostas y es iluminado por una ventana de arco rebajado. En el pasado las dos torres poseían una terraza cubierta, como puede evidenciarse al interior de estas.
Ambas torres se construyeron con mampostería y sillarejo en las esquinas, a diferencia del resto del Castillo de Coruña del Conde cuya fábrica es de materiales mixtos. Algunos bloques todavía conservan antiguas inscripciones romanas.