Castillo de las Cuevas en Cebolleros

¿Os imagináis poder vivir en un castillo construido por vuestras propias manos?… Quizá para muchos esto sea solo una fantasía, pero no lo fue para Serafín Villarán, el creador del curioso Castillo de las Cuevas de Cebolleros.

Esta fortaleza no se compara con ningún otro castillo burgalés, pues a diferencia del resto, no se construyó en la época medieval. Al contrario, fue erigido a finales del siglo pasado en la conservadora localidad de Cebolleros.

Su construcción llevó más de 20 años y, según sus propietarios actuales, aún no está terminado. Sin embargo, la familia de Villarán lo ha estado habitando desde hace más de una década.

Desde sus inicios se considera el fruto de la constancia, y también, uno de los elementos más coloridos y atractivos para la comunidad de Cebolleros. Dada su peculiaridad, también recibe visitas de cientos de turistas al año que acuden a este para empaparse con la viveza de sus excéntricos colores.

¿Te animáis a saber más sobre este simpático lugar?… Si es así, os invitamos a seguir leyendo este post sobre la historia y las curiosidades que esconde el singular castillo de las Cuevas.

Historia del Castillo de las Cuevas en Cebolleros

Todo inició en el año 1978 cuando su creador Serafín Villarán empezó la construcción a la edad de 42 años. Para entonces, Serafín empleó sus fines de semanas y vacaciones para erigir los cimientos de su obra empleando materia prima extraída del río Nela. También se emplearon piedras de otros ríos cercanos; todo con la intención de abaratar costes de construcción.

En sí, la iniciativa de este hombre surgió tras una inoportuna regulación de empleo a manos de la empresa Babcock Wilcox. El sueño de Serafín era construir un edificio más grande, una obra que pudiera mezclar el presente con un pasado medieval.

Fue así como surgió la idea de construir el castillo, no obstante, Serafín mantuvo su proyecto como un secreto durante un tiempo. De hecho, no fue sino hasta que la estructura comenzó a ganar robustez que el hombre confesó los planes verdaderos para la propiedad. Anteriormente, había mentido a su esposa alegando que su visión estaba pensada para construir un txoko.

Pese a las críticas de sus familiares, luego de pasar cinco años recolectando y apilando materiales, Serafín comenzó su gran proyecto. Se estima que el hombre en este período almacenó más de 550 toneladas de piedras y 14 toneladas de cemento para dar vida a su sueño.

El gran proyecto de Villarán se extendió durante veintiún años, catorce de los cuales fue asistido por su yerno, Luis Miguel Fernández. Siendo este electricista, albañil de profesión, además de artista innato, sus ideas aportaron carácter al castillo de Villarán.

A pesar de los avances y la ayuda extra, Serafín murió sin ver finalizada su obra en el año 1998. Sin embargo, esta fue continuada por Luis y la hija de Villarán. Según esta, hasta diciembre del pasado 2019 la fortaleza aún no estaba terminada.

Construcción del Castillo de Serafín Villarán

Uno de los elementos que desafió la creatividad de Serafín fueron las bóvedas, la escalera de caracol y las paredes de la fortificación. Además de las torrecillas adosadas a la estructura que construyó a partir de una plantilla de madera que colocó para dar forma al espacio.

Una vez terminada la estructura base, se colocó una capa de cemento en la parte superior para llenar cualquier espacio faltante. Después se alisó la superficie y, para dar un mejor acabado, Serafín limpió los lienzos de las piedras con un cepillo de alambre.

Para construir los niveles superiores de la parte exterior, empleó un andamio de madera que sostenía desde el borde del muro de mayor altura.

Un amigo de Serafín fue la mente maestra tras la cuidadosa carpintería de las ventanas y las puertas del Castillo de las Cuevas en Cebolleros. No obstante, quien se encargó de la fábrica de toda la herrería para los diversos componentes de la fortaleza fue el mismo Villarán. Entre estos destacan los apliques de las paredes, las barandas de los balcones, herramientas y herrajes para todos los accesos, además de la bisagras.

Algunas de las piezas de herrería las elaboró aprovechando componentes de un motor de lavadora.

Al morir Villarán, Luis continuó con el proyecto agregando su propio toque artístico a la estructura visionaria del fallecido Serafín. Este empleó colorante para pintar el cemento mientras estaba húmedo, añadiendo luego guijarros para crear un acabado más atractivo. Así fue armando las barandillas, algunas superficies en las paredes, letreros y apliques de las lámparas para dar un estilo colorido y humorístico.

Ayudado por su esposa Yolanda, la pareja siguió la construcción del Castillo de Cebolleros entre julio y agosto de cada año. De esta forma pudieron finalizar el quinto piso y la terraza de la propiedad.  

Un vistazo a la vida de Serafín Villarán

Serafín Villarán nació el año 1935 en la localidad de Villarías perteneciente a la provincia de Burgos. Luego de cumplir con su servicio militar, el hombre se plantó en el municipio de Santurce (Santurtzi) donde consiguió trabajo en un taller de coches. Tiempo después comenzó a trabajar como soldador para la compañía de construcción Babcock Wilcox.

Con la llegada del 65 Serafín contrajo matrimonio con su novia, María Luisa, oriunda de la localidad de Cebolleros; cerca de su pueblo natal. Tras consolidarse la unión, ambos se trasladaron a Santurce, aunque los fines de semana y las vacaciones las pasaba en Cebolleros.

Posteriormente, en 1976, Villarán adquirió un terreno en Cebolleros, área que era despreciada por los lugareños dado que no podía ser empleada para labores agrícolas. No obstante, la propiedad poseía dos cuevas centenarias que incrementaron su valor histórico. En realidad, se dice que estas, originalmente, fueron el hogar de grupos indígenas y nómadas que vagaban por la Península Ibérica en siglos pasados.

La compra de la propiedad se realizó por la suma equivalente a 240 euros que Serafín pagó sin consultar a su esposa. Después, para evitar problemas con su cónyuge el hombre expresó que las cuevas de la propiedad las emplearía para almacenar vino y hacer un txoko.

Serafín no era ingeniero calificado, tampoco poseía conocimientos sobre albañilería; sólo nociones básicas sobre el tema. Pese a ello, Villarán consiguió convertirse en una eminencia de la localidad burgalesa al construir su propio castillo.

Villarán murió a la edad de 63 años después de sufrir un ataque cardíaco desencadenado por un aneurisma aórtico. Tras la súbita muerte del hombre su obra, el Castillo de las Cuevas de Cebolleros, quedó sin terminar.

Estilo del Castillo de las Cuevas

Si se trata de estilo, el castillo de las Cuevas corresponde a una corriente poco conocida, denominada arte marginal. Dicho término es empleado para describir el arte creado fuera de los límites de la cultura oficial; lineamientos que encajan perfectamente con este castillo.

Aparte del lado artístico, este castillo fue diseñado para servir de hogar a sus propietarios, con interiores equipados para cumplir dicha función. No obstante, cada estancia está decorada con detalles intrincados y de gran colorido que no podréis perder de vista cuando la visitéis.

Uno de los ornamentos de mayor impacto es una barandilla de escalera que simula la forma de una serpiente. Hacia la terraza se aprecia el encanto del paisaje burgalés de la zona; en verano se salpica con el color de los campos de girasoles.

La moderna fortaleza cuenta con cinco niveles que van desde el sótano cubriendo una superficie aproximada de 300 metros cuadrados. También comprende una modesta bodega y un pequeño bar. Sólo tres de estos pisos están abiertos al público, no obstante, estos son los que guardan la mayor parte de su esencia y excentricismo.

Horario y visitas al Castillo de las Cuevas

Si queréis visitar el Castillo de las Cuevas en Cebolleros, debéis saber que este no está disponible todo el año. Al contrario, sólo se permite la entrada a los turistas durante el verano; desde el 1 de julio hasta mediados de septiembre.

También podréis programar vuestra visita en Semana Santa y otras festividades que hacen puentes. La única excepción se hace durante el puente de la constitución y navidad; en estas fechas sus puertas permanecen cerradas.

El horario de apertura y cierre es el siguiente: de 12:00 a 15:00 h. y de 17:00 a 22:00 h

En cuanto al coste de las entradas, actualmente, los propietarios solo aceptan donativos que podréis depositar en un buzón al final de la visita.

Si vais en coche no tendréis que preocuparte, al final de la calle donde se encuentra el castillo encontraréis un pequeño aparcamiento de acceso libre.

Ahora, si os estabais preguntando cómo llegar al castillo, pues es muy fácil. Una vez estéis en la entrada del pueblo, debéis buscar el cartel de madera que os indique el camino.

El recorrido por las instalaciones del castillo de las Cuevas dura aproximadamente 30 minutos. Durante este tiempo tendréis la oportunidad de detallar con tranquilidad cada detalle en las paredes, además de los peculiares ornamentos. Asimismo, también podréis visitar el pequeño bar situado a un extremo de la fortaleza.