Castillo de Alba de Aliste | Historia, visitas y horario

En la pequeña localidad de Castillo de Alba, justo a la cima de una colina se impone la silueta de una antigua fortaleza. Se trata del Castillo de Alba de Aliste, un edificio medieval que data del siglo XII, construido para defender las fronteras de los atacantes portugueses.

Durante años, esta fortificación se mantuvo inexpugnable ante el paso de las guerras y los conflictos entre grandes personajes de la historia española. Igualmente, debido a su importancia para con la corona, este castillo también sirvió como residencia señorial a muchos de sus propietarios.

Pese a las riquezas de su pasado, en el presente el Castillo de Alba de Aliste se encuentra en ruinas, sin embargo, es visitable.

¿Te molan los castillos?, entonces sigue leyendo para descubrir más acerca de la historia de este asombroso escenario renacentista.

Historia del castillo de Alba en Zamora

En cuanto a la historia de este antiguo castillo, hay quienes afirman que pudo comenzar durante el reinado de Alfonso III de Asturias. No obstante, en aquellos tiempos la fortaleza asentada en el lugar tendría la forma de un antiguo recinto castreño.

Otros historiadores afirman que esta fortaleza se construyó dos siglos más tarde, en pleno apogeo del imperio de Fernando II de León. En consecuencia, el castillo de Alba de Aliste habría sido erigido para servir como defensa entre las fronteras tras la aparición del reino de Portugal.

Debido a su participación en los acontecimientos venideros, la fortaleza fue adquiriendo notoriedad mientras se desarrollaban las guerras fronterizas entre Portugal y Castilla. Esto ocurrió durante el reinado de Alfonso IX de León, momento en el cual el monarca contrajo nupcias con Teresa de Portugal.

En sí, el evento se efectuó para consumar la alianza del reino de León con el reino portugués. Así, en 1191, el castillo de Alba se utilizó para completar el dote de la boda de Alfonso con la noble Teresa.  

A principios del siglo XIII, el castillo pasó a manos del infante Fernando de León, quien tomó posesión de otras edificaciones y poblados. Esto se dio gracias al Tratado de Cabreros, un acuerdo suscrito entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León. De esta forma, se logró terminar con las rigurosas disputas existentes entre ambos reinos.

El Tratado también consideraba la repartición de las propiedades, entre las cuales figuraba el Castillo de Alba como posesión de la reina Berenguela.

Más tarde, en 1220, la fortaleza terminó bajo el resguardo de los caballeros templarios, gracias a la donación de Alfonso IX. La fecha de entrega coincidió con la firma de la Concordia de Villafáfila; aunque el documento reflejaba esta como una devolución.

El Castillo de Alba en años posteriores

Esta etapa en la historia del castillo perduró noventa años, hasta 1310, cuando el comendador de Alba de Aliste, Fray Gómez, fue expulsado de Castilla. Tras la extinción de la orden, el noble perteneció a la nueva Orden de San Juan. Asimismo, durante estos años de cambios, la estructura del castillo sufrió una serie de reformas que agregaron soberbia al torreón principal.

A partir del siglo XIV, la propiedad pasó por varias manos, como resultado de los sucesivos enfrentamientos entre los nobles y la corona.

Para el año 1430, terminó siendo propiedad del infante D. Pedro de Aragón. Luego, en 1434, fue donado por Juan II de Castilla al castellano D. Álvaro de Luna, para finalizar entre las posesiones de D. Alonso Enríquez.

A mediados del siglo XV, el hijo de Enríquez obtuvo el título de conde de Alba, otorgado a voluntad de Enrique IV de Castilla. A los efectos, tanto el castillo como la villa se posicionaron a la cabeza del señorío territorial de los Condes de Alba de Aliste.

Pasados los años, en la primera mitad del siglo XVII el castillo jugó un último papel bélico durante la guerra de Restauración portuguesa. Tiempo después, en 1647, en Carbajales de Alba se inició la construcción de una nueva fortificación que sirvió de relevo al Castillo de Alba.

Pese a este acontecimiento, el declive del castillo ocurrió más tarde cuando el Conde de la villa dejó de habitar en la fortaleza. Después de esto, todo el conjunto entró en decadencia, adquiriendo así su estado ruinoso tal como lo podréis apreciar en la actualidad.

Estructura del castillo de Alba de Aliste

El Castillo de Alba de Aliste se alza sobre un promontorio enclavado, en la localidad del mismo nombre, a orillas de un riachuelo. Asimismo, presenta una planta de forma irregular que se extiende por una longitud de 78 metros y 30 metros de anchura.

Tal como otras fortalezas de su clase, todo el recinto se construyó adaptándose a la orografía de las tierras de Aliste. Su fábrica, realizada en mamposterías de gruesos cantos, fue pensada para imponer dominio y crear una fortificación estratégica.

Se dice que en el pasado el castillo contó con cuatro torres con barbacana, estas partes resultaron de la construcción finalizada en el siglo XV. Hoy en día sólo se conservan restos de las paredes y un ángulo del torreón cuyo lienzo da la cara al pueblo.

Este cubo corresponde a la torre principal del conjunto que, anteriormente, constó de una división regular de tres pisos.

En su época dorada, la fortaleza tuvo otra torre que sirvió de protección para la entrada principal, situada en el flanco norte. A su vez, este cubo poseía un revellín (fortificación de forma triangular) erigido con el propósito de ampliar la defensa del lugar.

Por supuesto, para reforzar los tintes góticos-medievales del edificio, la fachada fue terminada con saeteras de cazoleta que se abrían entre los muros de piedra.

En el lienzo oeste se puede observar una superposición de otro baluarte, producto de las reformas más recientes efectuadas en el siglo XV. Por otro lado, se aprecia la estructura general del castillo que se construyó durante el siglo XII.

Visitas y Horario

Si te gustan las excursiones y el turismo rural, una visita al Castillo de Alba de Aliste será vuestra mejor alternativa para una escapada perfecta.

Lo mejor de esta zona es que puedes programar tu visita en cualquier época del año. Además, la ruta que lleva al castillo es ideal para practicar senderismo en familia o con amigos.

Para acceder a la fortaleza podréis hacerlo desde la localidad en las faldas de la colina donde se asienta el recinto. Allí hallaréis un cómodo lugar donde aparcar el coche, después tendréis que continuar el recorrido a pie en compañía del hermoso paisaje.