Al este del territorio palentino, ubicado en una prominente mota perteneciente al páramo de San Martín, descansa el Castillo de la Mota de Astudillo. Este modesto baluarte se construyó alrededor del siglo XV, ocupando el espacio de un castro anterior erigido durante el siglo XI.
Como podréis imaginar, este castillo también fue testigo de increíbles batallas y conflictos bélicos que marcaron la historia de España. Por largas temporadas también fue la residencia señorial de ilustres personajes como Pedro I, María de Molina y el rey Juan II.
Pese a su turbulento pasado, en el presente sus ruinas reposan tranquilamente en la municipalidad de Astudillo, siendo una joya del patrimonio local.
¿Deseoso de aprender más sobre el pasado del Castillo de la Mota de Astudillo? Os invito entonces a seguir leyendo este increíble post informativo.
Historia del Castillo de la Mota
La historia del castillo que vemos en el presente se remonta a la segunda mitad del siglo XV. No obstante, anteriormente el lugar donde se emplaza la fortificación ya había estado ocupado por un castro construido en pleno siglo XI.
En aquel entonces, pese a ser habitada en un principio por los romanos, la localidad figuraba con el nombre de “Stadellum”. Más tarde, en pleno siglo XIII, el rey Fernando III. de Castilla convirtió la villa en una plaza fuerte.
Sin embargo, la participación del noble para con la villa fue precedida por diversas reinas que tuvieron en su poder el señorío de las tierras. En este sentido, se destaca la participación de Leonor de Aquitania, esposa de Alfonso VIII a finales del siglo XII.
A mediados del siglo XIII, en 1248, perteneció a la esposa de Alfonso X. de Castilla, D. Violante. Posteriormente, su sucesora fue María de Molina, quien se estableció en el poder a finales del mismo siglo. La toma del castillo por parte de María ocurrió tras derrotar en los campos de Astudillo al noble castellano, Juan Núñez de Lara.
Durante el siglo XIV, el castillo de la Mota de Astudillo sirvió de residencia habitual al monarca, Pedro I. de Castilla (el Cruel). A mitad del mismo siglo, en 1355, se posiciona como señora de la villa María de Padilla, fundadora del convento de Santa Clara.
Tiempo después, en 1366, por concesión de Enrique II. de Castilla el señorío de la villa se cedió al almirante Fernán Sánchez de Tovar. A los efectos de dicha disposición, la villa se vio asediada por tiempos difíciles asociados al comportamiento dictatorial de la familia Tovar.
Período de conflictos
Como el nuevo señor de Astudillo, Juan de Tovar participó en la rebelión contra el favorito del rey, el noble castellano Álvaro de Luna.
Más tarde, Juan II. de Castilla acudió a la villa con el propósito de tomar posesión del Castillo, sin embargo, sus primeros intentos fueron infructuosos. Un segundo asalto se realizó al Castillo de la Mota de Astudillo, el cual terminó en el asedio de las tropas reales.
En 1445, tras ser despojada la familia Tovar del señorío de Astudillo, Juan II resolvió entregarlo a los futuros condes de Castrogeriz, la familia Mendoza.
No obstante, luego de obtener el perdón real, Juan de Tovar volvió por la villa, la cual le fue negada por el alcaide. Los desacuerdos desataron una serie de conflictos entre familias que culminaron con la partida de Tovar hacia Aragón.
Con la llegada del siglo XVI, en 1520, la villa de Astudillo se enlazó al partido comunero, además de unirse a la Junta de Burgos.
Pasados los años, a principios del siglo XIX, volvió a estar inmersa en los enfrentamientos de la Guerra de Independencia. Asimismo, en 1811, las tropas del ejército francés lideradas por el coronel Simon Robert, ocuparon el Castillo de la Mota de Astudillo.
A finales del siglo XIX, por orden real la villa recibe la condecoración de Muy Noble e Ilustrísima villa. Sin embargo, después de ser testigo de tantos conflictos, la villa llegó al siglo XX en un pésimo estado de conservación.
El Castillo de la Mota de Astudillo en tiempos modernos
Anteriormente, la fortaleza constaba de seis puertas: las de Revilla, Santa Eugenia, San Pedro, Santoyo, Santa Clara y San Martín. Esta última es la única que se conserva hoy en día, puesto que el resto se derribaron en 1914.
Desde abril de 1949, el Castillo de la Mota de Astudillo figura bajo la ley genérica de protección del Patrimonio Histórico Español. Además, se considera una joya histórica de las tierras palentinas para los habitantes de la localidad de Astudillo y sus adyacencias.
En el presente, pese a su deplorable estado, tanto el castillo como el complejo de murallas puede ser visitado con libertad durante todo el año. Por lo general, estas ruinas atraen la atención de cientos de visitantes y aficionados al turismo rural.
Estructura del castillo de Mota de Astudillo
Actualmente, lo único que queda de la imponente fortaleza de Astudillo son los vestigios del muro norte y un cubo situado al noreste del recinto. De este cubo aún se conservan dos de sus plantas, no obstante, se piensa que en el pasado pudo ser más alto.
Hacia la parte baja se pueden apreciar cinco troneras de gran tamaño, una de las cuales se transformó en una puerta. En la parte superior se observan varias saeteras y una tronera central, también una pequeña puerta en arco de medio punto.
En general, todo el complejo se construyó con buenas piedras de sillería y un acabado excepcional que aportó su carácter de fortaleza medieval. Pese a ello, la ubicación de las bodegas respecto al lugar donde se levantaba el castillo de la mota ha facilitado la degradación de este.
En siglos anteriores la villa estuvo rodeada de una muralla, de esta todavía se conserva una puerta junto a unos lienzos y un modesto torreón.
En cuanto a la puerta de San Martín, esta se halla enmarcada en una esbelta torre de hermoso aspecto. Sobre ella descansan tres aspilleras en el frente, las cuales servían como elemento defensivo. Anteriormente, también estuvo coronada por almenas que poseían un remate piramidal.