Al recorrer el territorio segoviano os vais a topar con algunos ejemplares de castillos medievales bastante particulares. En esta ocasión hablaremos del Castillo de Sepúlveda, también conocido como Castillo de Fernán González, uno de los más antiguos de Segovia.
Se trata de una fortaleza cuyos inicios datan del siglo X, pese a su antigüedad, actualmente es posible apreciar parte de la fachada del edificio.
Una de las características que hace de esta fortaleza tan especial es que se encuentra perfectamente fusionada a su entorno. No obstante, todavía conserva los rasgos distintivos de su naturaleza medieval, así como los recuerdos de su increíble legado histórico.
Además de cumplir como edificio defensivo, a lo largo de la historia esta fortificación también se utilizó para diversos propósitos. Hoy en día el Castillo de Sepúlveda simboliza la joya de la Plaza Mayor del pueblo, y sus alrededores se pueden visitar durante cualquier época del año.
Castillo de Fernán González o Sepúlveda
En pleno siglo X, alrededor del año 940, se inicia la conquista a las antiguas tierras que comprenden el territorio de Sepúlveda. Dicho movimiento estuvo liderado por el conde castellano Fernán González, sin embargo, su iniciativa fue precedida por una contienda.
Para ganar los derechos de la villa, el noble se enfrentó en batalla al entonces Alcaide Moro Abubad. De acuerdo con la leyenda, haciendo uso de su espada González logró decapitar al musulmán en un sólido ataque que le concedió la victoria.
Más tarde, a partir de su triunfo, el conde procedió a repoblar el territorio de Sepúlveda e inició los preparativos para construir el castillo. Es por ello por lo que hoy en día a la fortaleza también se le conoce por el nombre de Castillo de Fernán González.
Historia
Se presume que antes el territorio que hoy en día ocupa el castillo pudo haber sido ocupado por los romanos. Asimismo, se piensa que la fortaleza se alzó a partir de los restos de otras construcciones defensivas anteriores.
No obstante, la historia de la edificación del Castillo de Sepúlveda se puede dividir en tres grandes etapas constructivas que dieron carácter a su estructura.
Tal como os indicamos arriba, el diseño original de la fortaleza surgió a manos de Fernán González. En este momento el castillo se armó creando un edificio con elementos defensivos comunes de la época. Entre ellos estaban los torreones conectados a una muralla de influencias árabes.
Así como otras construcciones medievales que encontramos en territorio español, el Castillo de Sepúlveda funcionaba como un edificio de uso militar. Sin embargo, con el paso del tiempo se le fueron incorporando las características de una fortaleza de tipo palaciego. Tal es el caso de las balconadas que antiguamente pertenecieron a la familia González de Sepúlveda.
La segunda etapa corresponde al siglo XVI, momento en el cual la fortaleza fue testigo de la llegada al mundo del escritor Francisco de Cossío.
Por último, la tercera etapa constructiva se dio durante el siglo XVIII, en aquel entonces se realizaron las últimas reformas significativas. Como resultado, el castillo adquirió una fachada barroca que estaba acompañada de una espadaña ubicada delante del torreón central. Esta ostenta dos campanas, una de las cuales se denominó como “queda”.
En cuanto a la queda, esta se utilizó para marcar el “Toque de Queda”. Cada noche cuando se hacían las diez, sonaban diez campanadas que anunciaban el cierre de las siete puertas que comprendía la villa.
En la actualidad, sólo quedan cuatro de estas puertas entre los vestigios de la muralla de la fortaleza.
El Castillo de Sepúlveda en tiempos modernos
De la antigua fortificación, hasta la fecha, sólo se conservan tres grandes cubos redondos de piedra que conformaban parte de su estructura principal.
En cuanto a ellos, el cubo más simbólico es el que ocupa la posición central, en el cual se encuentra la espadaña con tintes neoclásicos. En esta misma fachada principal, bajo la espadaña se sitúa el reloj de la Plaza. Seguidamente, se encuentra el escudo de la corona de España flanqueado por dos leones que pueden verse desde cualquier ángulo del recinto.
Algunas de las partes del castillo como los torreones se encuentran adosadas a edificios de siglos posteriores. En general, se puede percibir cómo la estructura medieval del recinto armoniza con la estética del resto de las construcciones de la villa.
De resto, es posible continuar el trazado que dibujaban las murallas de la fortaleza siguiendo un tramo llamado Trascastillo. A partir de este se vislumbran algunas de las puertas que mencionamos con anterioridad.
Una de estas se encuentra en la dirección que lleva al Santuario de la Virgen de Peña, y se denomina la Puerta del Azogue. En algunos casos también se la conoce como ‘Ecce Homo’.
Otra de las famosas puertas que recibe el nombre de Puerta de la fuerza, se emplaza camino al Parque Natural de las Hoces. Esta presenta una calzada romana cuya desembocadura se extiende hacia el Puente de Picazos.
Finalmente, encontramos la Puerta del Río, en torno al barrio de San Esteban, contiguo a la hornacina de la Virgen de las Pucherillas.
De historia y celebraciones
Como es de esperarse, el Castillo de Sepúlveda, actualmente, figura como un Bien de Interés Cultural (BIC) para la localidad de Sepúlveda. En realidad, dada su locación en la Plaza Mayor este edificio ha tenido gran protagonismo respecto a las actividades y el desarrollo de la comunidad.
Durante un tiempo las instalaciones restantes de la fortaleza se utilizaron como sede del Ayuntamiento. Sin embargo, era conocido entre los lugareños como “El Registro”.
Dicha denominación fue adoptada, puesto que en este edificio era registrada toda la mercancía que era transportada a Sepúlveda. Conjuntamente, era el lugar predilecto donde las personas iban a pagar sus impuestos.
Del mismo modo, uno de los balcones de la antigua fortaleza también era usado por las autoridades para presenciar los actos públicos del pueblo. Igualmente, desde esta icónica balconada es donde se lanza el llamado “chupinazo” para iniciar las Fiestas de los Toros.
Dejando atrás su pasado, hoy en día el Castillo de Sepúlveda es empleado únicamente para realizar distintas exposiciones culturales a lo largo del año.