En el Medioevo las tierras de la antigua Tiedra formaban parte de una importante línea fronteriza que defendían a los reinos de Castilla y León. Uno de los fuertes más relevantes de esta zona histórica es el castillo de Tiedra.
Su construcción inició en torno al siglo XI, no obstante, su arquitectura y acabados corresponden a distintas etapas constructivas.
Este castillo fue empleado como fuerte defensivo, prisión e incluso como palomar. Sin embargo, hoy en día alberga una exposición que podréis visitar si vais de paso por la villa, ¿os animáis?
Historia del Castillo de Tiedra
La primera mención que relata la existencia de la fortaleza de Tiedra data de los tiempos de Sancho II de Castilla en el siglo XI. En aquel entonces el noble ordenó al Cid a celebrar un encuentro con su hermana, la infanta Urraca de Zamora.
El propósito de ello era persuadir a la infanta para que ésta entregase voluntariamente la villa de Zamora. A cambio, la mujer recibiría la villa de Medina de Rioseco junto al privilegio del Infantado que incluía el castillo de Tiedra. No obstante, esta jugada nunca se llevó a cabo.
En 1157, Fernando II de Aragón mandó a poblar y defender diversos territorios pertenecientes al reino de León, entre ellos se encontraba Tiedra. Al efecto, se desplazaron a los pobladores desde el cerro de la Ermita a la ubicación acordada y así inició la construcción de la muralla.
De hecho, una segunda cita del año 1176 señala a la fortificación como la primera fortaleza ubicada en el cerro de la Ermita. Años más tarde, el castillo formó parte de la compensación del divorcio a manos de Alfonso IX conferida a su excónyuge, Berenguela de Castilla.
A finales del siglo XIII, en 1285, el mayordomo Mayor de Sancho IV de Castilla, Pedro Álvarez de las Asturias, recibió la villa de Tiedra. La sucesión llevó a su hija Teresa Pérez de Asturias a conseguir los derechos del castillo. En consecuencia, al estar Teresa casada con Alfonso Téllez de Molina, tanto la villa como el castillo retornaron al poder de los Téllez de Meneses.
El apogeo de la villa y la fortaleza de Tiedra
Al morir el último representante de la casa de los Téllez en 1365, la villa de Tiedra acabó perteneciendo a Enrique II de Castilla. Posteriormente, este decide donarlo a su hermano Sancho, conde de Alburquerque. Tiempo después, termina bajo posesión de los infantes de Aragón, para luego ser confiscado por Juan II en el año 1430.
Durante este período, el castillo de Tiedra sirvió de prisión. Al efecto, el noble tuvo de prisionero al obispo de Palencia, Gutiérrez Álvarez de Toledo, debido a los rumores que corrían por un supuesto complot. Sin embargo, al desmentir los rumores Álvarez fue absuelto de los cargos.
A mediados del siglo XV, se entregó la villa y el castillo a Pedro Girón. Sin embargo, no se confirmó su señorío hasta que se consolidó el imperio de los Reyes Católicos.
El Castillo de Tiedra en la actualidad
Al desaparecer los señoríos, el castillo fue adquirido por Gaspar Rodríguez. Este, resolvió usar parte del revestimiento de la torre y su escalera para realizar construcciones en su propiedad.
Iniciando el siglo XX, en 1911, la fortaleza termina en manos de la familia Alonso Carmona, quienes deciden emplearla como palomar. Como resultado, se alzaron paredes de tapial dentro de sus dependencias con nidales que le permitían cumplir su nueva función.
En 2002, el Ayuntamiento de Tiedra llegó a una acuerdo con la familia para hacer del castillo un parador turístico. Dos años más tarde, es adquirido por el Ayuntamiento con el propósito de recibir visitas turísticas.
Así, llegó al año 2010 en estado ruinoso; esto obligó a la Junta de Castilla y León a practicar obras de restauración en sus dependencias. El proyecto se realizó con carácter de urgencia para evitar el derrumbe parcial o completo del castillo. Un año después, el interior de la Torre del Homenaje se transformó en un museo con vistas espléndidas.
Durante el año 2013, la fortaleza de Tiedra volvió a abrirse tras completarse el proceso de restauración. No obstante, al no ser una obra integral, el cubo sureste se derrumbó parcialmente a causa de las fuertes lluvias ocurridas ese año.
Estilo del Castillo de Tiedra
La fortaleza está dotada con dos torreones circulares que incrementan sus cualidades defensivas. En un extremo arranca una muralla que pudo ser parte de una antigua cerca. A simple vista, no hallaréis ruinas visibles, por tanto, muchas de las teorías sobre su pasado sólo podrían ser justificadas mediante una excavación arqueológica.
Todo el recinto se extiende sobre una plataforma que domina el cerro y una gran extensión de tierras, otorgándole de su posición estratégica.
Anteriormente, los tramos norte y oeste formaban parte de la muralla que albergó la primera villa de la población. Se cree que hubo una segunda fase constructiva, momento al cual pertenece la torre. Por otra parte, las ladroneras superiores, la bóveda con sus arcos y el acceso a la escalera corresponden a los siglos XIII y XVI.
La muralla
Las diferencias entre el acabado de las almenas de la muralla atienden a las distintas etapas constructivas de esta. Entre ellos, los extremos este y norte fueron erigidos durante el siglo XIV por la familia Téllez de Meneses.
La fábrica general de la torre se hizo a partir de la técnica de encofrado de mampostería, rellena de mortero de cal y cantos.
Podréis hallar dos puertas en la muralla, una en el lienzo norte que hace de acceso principal y un postigo ubicado en el lienzo sur. Este último fue recuperado recientemente, puesto que, en el pasado fue cegado.
La torre
El torreón principal corresponde al siglo XII y principios del siglo XIII, fabricado en esmerada sillería. Su forma atiende a la una función netamente defensiva, cuyo origen surgió como bastión de la defensa fronteriza interior entre los reinos cristianos.
La planta baja de la torre del castillo de Tiedra originalmente albergaba las dependencias del cuerpo de guardia. El acceso a esta se encuentra rematado por un arco de medio punto que consta de una prolongación interior que forma una bóveda de cañón. Al ingresar podréis observar los anclajes de las puertas, así como los hoyos para sus respectivos trancos.
Debajo de la sala existe un espacio subterráneo que, en el pasado, pudo utilizarse como mazmorra o almacén.
Los muros poseen un espesor medio en toda la torre de 2.50 metros, dotados de ventanas abocinadas con función de saeteras. Al presente, la cara sur de la torre está desprovista de su revestimiento interior original, fechado para finales del siglo XIX. Esta planta no tiene comunicación con las plantas superiores; sólo se trata de otro elemento defensivo.
Primera planta — Dependencias del alcaide
Actualmente, carece de su viguería original, al igual que la escalera de piedra en el muro sur. En general, se trata de una sala de carácter austero que posee una puerta rematada con arco de medio punto. Dicho acceso elevado comunicaba al adarve o paseo de ronda a través de una pasarela que permitía retirarse en caso de un ataque.
Si vais por la cara sur, veréis ventanales abocinados, cuya morfología corresponde a la de unas saeteras. El trazado primitivo de la escalera permitía acceder a la torre con tal de cumplir su función defensiva desde el interior. Ahora, respecto al muro norte, apreciarás numerosas marcas de antiguos canteros.
Segunda Planta — Sala de exposiciones
Al ingresar a esta sala hallaréis algunas exposiciones temporales. Dicha sala aún conserva parte de su estructura de madera que sustentaba la escalera, además de las vigas tan antiguas como el recinto mismo.
Tercera Planta
La tercera planta de la Torre de Tiedra es, sin lugar a duda, la más sorprendente de todo el recinto.
Anteriormente, estuvo destinada a la recepción donde el teniente o señor de la fortaleza despachó los asuntos de la administración. Presenta amplios ventanales ajimezados, siendo el extremo norte correspondiente a una época posterior. Según los expertos, este pretendía sustituir una antigua saetera que permitía visualizar la villa.
En la cara oeste, apreciarás una pequeña puerta flanqueada por un arco que finaliza en dos capiteles divinos. Esta ofrece un acceso a la escalera de caracol que permite la subida a la cubierta de la torre, rematada con almenas. Aquí se recreó el sistema defensivo vertical basado en buhardillas de madera, posadas sobre matacanes de piedra; una característica representativa del castillo de Tiedra.
Visitas al castillo de Tiedra
A continuación, os mostraremos los horarios en los que podréis programar vuestra próxima visita al castillo de Tiedra.
Horarios
- De abril a octubre — sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 h. y de 18:00 a 20:00 h.
Durante los meses de julio y agosto el castillo permanece abierto en el mismo horario los miércoles, jueves y viernes.
- De marzo a noviembre — sábados, domingos y festivos de 10:00 a 14:00 h. y de 17:00 a 18:30 h.
Se os recuerda que el último acceso siempre se hace media hora antes del cierre.
- De diciembre a febrero las visitas al castillo de Tiedra sólo se realizan con previa reserva.
Asimismo, se pueden programar visitas grupales a partir de cinco personas. Para obtener más información sobre la disponibilidad y los cambios de horarios podréis llamar al teléfono: 66 77 63 852
O bien, enviar un correo electrónico a la siguiente dirección: email turismotiedra@gmail.com
Tarifas
Entrada general — 2 € (Las entradas gratuitas se aplican a los menores de cinco años).