Castillo de Torrelobatón: Historia y estilo

Si os gusta la estética de los castillos de la Escuela de Valladolid no podréis perder la oportunidad de visitar el Castillo de Torrelobatón. También conocido como el castillo de los comuneros, dada su importante participación durante los enfrentamientos durante la Guerra de las Comunidades.

A pesar de los atentados que sufrió tras los conflictos bélicos, este baluarte es considerado uno de los mejor conservados en España.

Actualmente, las dependencias de su gran Torre del Homenaje alberga un importante centro de interpretación que podréis visitar, ¿os animáis?

Historia del Castillo de Torrelobatón

Según la documentación histórica del lugar, la primera fase constructiva del castillo pudo iniciar alrededor del siglo XIII. En aquel entonces, la intención original era erigir una fortaleza que pudiera servir para vigilar el valle de Hornija.

En el año 1392, el almirante de Castilla, Alfonso Enríquez, adquirió la villa de Torrelobatón. Posteriormente, consigue una licencia a manos de Juan II de Castilla para terminar de construir la fortaleza. No obstante, esta se llevó a cabo a principios del siglo XV. Debido a esto, la fortaleza de Torrelobatón, a menudo es conocida como el castillo de los Almirantes.

Tiempo después, el heredero del almirante Enríquez, Fadrique, perdió el castillo como propiedad tras haber apoyado a los infantes de Aragón. En consecuencia, Juan II transfirió los derechos de su posesión a Alonso Pérez de Vivero. Sin embargo, los almirantes lograron recuperarlo en 1455, cuando la familia regresó del exilio gracias al perdón de Enrique IV.

El castillo de Torrelobatón tuvo una importante participación en la guerra de las Comunidades de Castilla. Al efecto, fue el escenario de una gran victoria en 1521, luego de vencer a los comuneros tras ocho días de asedio en la fortaleza. Este fue uno de los últimos sitios donde los comuneros lograron dejar su huella antes de ser alcanzados y ajusticiados en Villalar.

Pese a los grandes estragos a nivel estructural ocurridos durante los enfrentamientos citados, la fortaleza fue restaurada en el año 1535. Dicha reconstrucción resultó compleja, pero satisfactoria; hoy en día todavía podréis ver las almenas que corresponden a esta época.

El castillo de Torrelobatón en el presente

Acabada la época medieval y las guerras, a mediados del siglo XX, el castillo pasó a manos del Servicio Nacional de Trigo (SENPA). En consecuencia, sus dependencias fueron convertidas en almacén y silo de cereales. Esto perduró hasta abril del año 2003, cuando la Junta de Castilla y León cedió la titularidad de la fortaleza al Ayuntamiento de Torrelobatón.

La transformación del castillo de Torrelobatón en silo supuso la destrucción total de las dependencias que se situaban a los alrededores del patio. Actualmente, aún se conservan algunas de las instalaciones empleadas para almacenar los granos, pero no se les da ningún uso.

Más tarde, el castillo adquirió notoriedad, sufriendo una serie de obras de rehabilitación y acondicionamiento.

El proyecto de restauración se hizo con la finalidad de albergar en la fortaleza el Centro de Interpretación de la Guerra de las Comunidades. También llamado Centro de Interpretación del Movimiento Comunero, es uno de los tantos al resguardo de la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y León.

Estilo del Castillo

La arquitectura del Castillo de Torrelobatón corresponde al modelo de la Escuela de Valladolid, destacando por la sobriedad de sus detalles y acabados. Otras fortalezas como la de Medina del Campo, Peñafiel y Fuensaldaña presentan proporciones similares a este castillo en su Torre del Homenaje.

Para la construcción de sus altos muros se empleó sillería y hormigón, formando así un cuadrado con cubos circulares en tres esquinas. Cada uno de estos mide 20 metros de altura. Son significativamente más pequeños en comparación a la Torre del Homenaje, la cual se alza a casi 40 metros de altura.

Sobre el cubo principal se asientan ocho torreones circulares cuya finalidad era dotar de visibilidad y defensa contra los atacantes. Los cubos angulares al castillo fueron construidos para una capacidad de diez soldados. Aunque el punto predilecto para realizar los tiros con las ballestas y demás armas medievales era desde las troneras superiores.

En dirección oeste podréis apreciar los vestigios de una antigua barbacana, además de los restos de un foso que rodeaba sus dependencias.

En el pasado, existió una entrada secreta que conducía al patio de armas, ésta se hallaba en el foso que colinda con el muro norte. Todavía se conservan algunos de los elementos antiguos como el arco de entrada de medio punto.

El aljibe de la fortaleza se ubica a unos cincuenta metros, frente a la iglesia de Santa María; hoy en día usada como bodega particular. Se dice que esta posee un pasadizo subterráneo que conecta con el Castillo, aunque sólo son especulaciones.

La entrada al recinto se realiza a través de un arco de medio punto que aún conserva sus troneras verticales. Esta conduce al visitante hacia el patio de armas, que debéis atravesar para llegar a la Torre del Homenaje.

Torre del Homenaje del Castillo de Torrelobatón

Por los rasgos distintivos de la torre se deduce que su construcción pudo estar influenciada por las corrientes portuguesas del siglo XIV.

Para subir a ella se recorre una escalera de caracol que consta de 143 peldaños; anteriormente, estaba interrumpida por varias puertas. Antiguamente también poseía una torre colocada a la mitad del edificio que comunicaba con el adarve mediante un puente.

Este enorme cubo se compone de tres plantas con bóvedas; la intermedia posee una bóveda de crucería y la superior una de cañón.

En la primera planta hallaréis paneles informativos que exponen la situación que acarreó la rebelión en Castilla. Asimismo, se pone en contexto la situación política que había durante la época tanto a nivel de la comunidad española como europea.

Siguiendo con el recorrido por la torre del castillo de Torrelobatón, en la segunda planta la exposición se centra en los protagonistas del movimiento comunero. Aquí aprenderás sobre el papel que jugó cada uno de estos personajes. También veréis elementos en tres dimensiones, objetos correspondientes al siglo XVI e interesantes ilustraciones sobre las batallas.

Por último, la tercera planta muestra un increíble mirador donde se explica la importancia que tuvo la fortaleza para con la comunidad. Desde allí, en los días despejados podréis apreciar a la lejanía la localidad de Medina del Campo.

Conjuntamente, cuenta con puntos de mira que indican la ubicación de distintos sitios donde hubo levantamientos. También posee un panel informativo sobre las otras fortalezas que prestaron su colaboración durante la revuelta comunera.